Capítulos más allá de la novela.
Vi de lejos a Carlos, el de historias del Kronen
Coño, han pasado veinte años, cómo le irá?
Me lo presentaron mucho después de toda la movida, por Francisco Silvela. Era un cabrón. No le había vuelto a ver, pero tenía curiosidad. Joder, la peña cambia. Por un momento me lo imagino corriendo en el colectivo, pegando carteles y enrollándose como el que más. Cruzo la calle y me acerco.
«Carlos», le digo, «¿te acuerdas de mí?». De aspecto no ha cambiado mucho; alguna cana, chaqueta, está más delgado… «¿Quién coño eres?» «Soy uno de los que montó el Colectivo Tch!; bueno no sé si lo conoces». «¿Unos gilipollas que se quejaban de las cosas?», «Veo que te he pillado en mal momento…», «Te creerás la polla encima, ven aquí pringao», «Vete a la mierda, amargado». ¡Ostia! Me soltó una leche encima de la oreja que sonó a coco y me dejó el cerebro parado intentando enterarse de qué diablos acababa de pasar, y porqué dolía tanto todo. Se dio media vuelta y “bip bop”, sonó su coche, se montó, y se largó haciendo ruedas.
Ya no era un cabrón, sino lo siguiente.
<Gracias a José Ángel Mañas por su pedazo de novela, que cumple 20 años este 2014, tan potente como siempre>