En esta ilustración del mallorquín Pere Joan, creo ver representado el Gusto de cada uno.

Una novela-ensayo de benjamín Escalonilla
En esta ilustración del mallorquín Pere Joan, creo ver representado el Gusto de cada uno.
Acerca de la conversación del capítulo 93, alrededor de las diferentes portadas de la película Women of the year.
«La verdad es que a las cenas me gusta ir cenado y a las comidas comido. No me gusta descuidar la charla entreteniéndome en rastrear los platos apetecibles o en la necesidad de saciar mi apetito. Cuando tengo una cena, ceno antes en casa».
«En realidad, si lo piensas bien, comer es un acto cercano a la escatología. Están esos horribles ruidos que se hacen al masticar, los restos que caen de la boca, las manchas en las comisuras, los carrillos en ajetreo, la deglutición al engullir y el repugnante aroma del aliento, que no es otra cosa que exhalar vapores de alimento digerido… Sin duda prefiero no ver cagar, mear ni comer a nadie».
«¿Dar una vuelta en un Ferrari o contemplar una puesta de sol? Uno puede creer que prefiere lo primero aunque lo que disfruta es lo segundo. Si somos capaces de darnos cuenta, estaremos educando nuestro gusto…»
Cito: «¿Hay algo más personal que tus gustos musicales? Esas canciones que te llegan al alma o te ponen a cien, que alcanzan el centro geométrico de tu emoción y alteran sin intermediarios tu estado de ánimo, ¿no son el producto más destilado de tu elección consciente? Bien, pues, en una palabra, no. Los psicólogos experimentales de Cambridge han demostrado que los gustos musicales de la gente son harto predecibles. Basta conocer el estilo de pensamiento de una persona —si tiende a empatizar o a sistematizar— para adivinar qué música le gusta (…)»
. http://elpais.com/elpais/2015/07/24/ciencia/1437765690_381696.html
Es un planteamiento interesantísimo que tienta ser creído, al menos a mí, y me tienta entusiásticamente. Que según tu forma de pensar pueda conocerse tu gusto musical y viceversa, es realmente atractivo… Pero después de mirarme un rato dentro, me resulta difícil. No lo creo, vamos.
Empezando por el principio, a la pregunta con que empieza el artículo: ¿hay algo más personal que tus gustos musicales? La respuesta es sí: mi forma de pensar. Quiero decir, el maravilloso artículo es un poco trampa, porque lo de “basta conocer el estilo de pensamiento…” es, tan personal, como los gustos.
Dicho esto, siento, creo, entiendo, pienso, que nos gusta cualquier cosa (en este caso la música), por causas tan diferentes, que se dará habitualmente el caso de que un religioso conservador pederasta y aburrido coincida plenamente en gustos musicales, con el director de Con faldas y a lo loco ;- ).
Un estudio, algo cutrón a mi entender, pero no exento de morbo, dice que los hombre hetero gustan de mujeres con muchas curvas y que ellas, mujeres hetero, gustan de hombres de constitución normal. Por otro lado, los hombres gay gustan más de cuardrás, o sea musculitos… Digo estudio cutrón, porque preguntan solo a 2000 individuos sin especificar raza ni país, pero para un vistazo rápido y repensarse uno o poner en claro el propio gusto corporal, no está mal.
Se tardan 3 minutos en revisarlo rápido: http://www.fitrated.com/resources/body-part-attractiveness/
Extracto del post de Eu, en una página de la red T.o.r.:
«La comedia romántica está en su mejor momento, y este género está sonriendo con frescura y transgresión, lo cual no hacen otros, embarrados en el aburrimiento lento y repetitivo. Son películas emotivas y de calidad sublime. De 2000 en adelante.
A recomendar:
¿Alguna sugerencia?
Ojo, por razones estrictamente relacionadas con la implicación, tu implicación, el cuestionario no se puede repetir.
Son solo 3 preguntas. Respuestas anónimas.
No hay respuestas erróneas ni válidas. PERO… sí que se han marcado como acertadas 3 respuestas. Las acertadas, son, simplemente las que habría marcado Ernesto. De esta manera puedes comparar tu parecer con el suyo.
—Yo no le digo cómo enseñar, Ud. no me diga cómo cocinar patos.
(Minuto 36, Carta a tres esposas).
—Por favor, no hagas bromas de la radio.
No tienen sentido del humor cuando se trata de eso.
—Yo tampoco. El tiempo para bromas ya pasó. Ahora la radio es un problema muy serio, como la delincuencia.
— A eso me refiero. A bromas como ésa.
—Lo digo en serio.
(Minuto 40, Carta a tres esposas).
capítulo 68 sufriendo correcciones y dibujitos…
amaneciendo de domingo los bancos de la plazoleta humean aún restos de colillas y de culos, de risas, flyers, vasos de plástico… Los últimos pasos arrastrados abandonan las calles hacia sus camas. Con la plazoleta aún en sombra, Winnie the Pooh, resiste el avance del sol sujeto a un vaso de litro sin hielo. Se apoya contra el cristal de un escaparate. Se está quedando traspuesto; tiene los ojos cerrados. El abrazo del skay amarillo adormila, indicando ineluctablemente que la borrachera se encuentra ya en el valle de la curva, cuando todo se vuelve acrisolado y la euforia ha dejado paso al sopor.
tras toda una noche de películas Screwball, he bajado a despejarme y a acompañar a Romo a buscar taxi. Paseamos por esa plazoleta, tan cansados, que Winnie no me llama la atención. A Romo si: «epítome», me dice mirándole. Miro, pero un Winnie the Pooh borracho no me ayuda a descifrar qué significa epítome.
él pillará un taxi y yo subiré a casa, apagaré el proyector y me iré a dormir… Nos conocimos lejos de Madrid, después de un bosque que llega al mar.