[Extracto de capítulo 28:]
íbamos a disfrutar la delicia de pasar un día de intimidad junto a la novia de la alta sociedad americana: KaH, Katharine Hepburn, un plan de esos que pone a tono el ánimo y color en las mejillas; hacía algo de frío, eso sí, siempre olvido abrigarme para ir al cine. Hepburn brillaba tersa, gozosa, con esa belleza tan personal que pasea por las estancias y las escenas como si flotase, parecida a un remolino, haciendo que todo gire en torno a ella excepto su hermana pequeña, cómplice y único personaje capaz de volar a su altura. Cary Grant estaba estupendo, por supuesto, pero se encontraba ligeramente ofuscado, como James Stewart, fagocitados por una Hepburn en estado de gracia. Todas las miradas hacia ella. Continuar leyendo «[cap 28]»